5. Medios para promover la Espiritualidad Juvenil


Jesucristo es el único mediador. Todos los medios que aquí se men­cionan se entienden como instrumentos que conducen y acercan a esta mediación fundamental de la salvación (30). Toda mediación no es más que "medio": no puede, por tanto, ser absolutizado, pues sólo está en función del encuentro con Jesús y de su acción liberadora en la historia.

Los medios que se presentan para fomentar la espiritualidad están presentes en el trabajo diario de la Pastoral Juvenil. Se quiere percibir y discernir en la realidad de los mismos jóvenes las acciones del Espíritu de Dios que contribuyen a que la espiritualidad responda efectivamente a sus necesidades y aspiraciones.

Estos medios son:

5.1 La Palabra de Dios

Es el medio privilegiado para el encuentro de los jóvenes con Jesús y con su anuncio del Reino de Dios (31). Es muy importante fomen­tar el conocimiento de la Sagrada Escritura a partir de una lectura hecha desde una óptica juvenil.

5.2 La comunidad

La mediación comunitaria es también muy importante ya que la fe se recibe por medio de otros, la comunidad es un espacio adecuado para que el joven pueda hacer y rehacer su vida (32) y el horizonte desde donde es posible abrirse para ser luz del mundo y sal de la tierra (33), acoger la acción del Espíritu en la historia y, junto con los demás, trabajar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria para todos.

5.3 La celebración de la fe

La liturgia es un medio de expresión y realización de la vida según el Espíritu (34). En ella se manifiesta la presencia viva de Jesús en la historia, asumiendo y transformando toda la vida del hombre. En el centro de toda celebración litúrgica deberá estar el misterio pascual (35).

Las celebraciones sacramentales, particularmente la celebración de la eucaristía (36), son signos eficaces de esta presencia liberadora de Dios. "La celebración de la fe en la liturgia, cumbre de la vida de la Iglesia, ha de realizarse con gozo y en forma que permita una participación más viva, activa y comprometida en la realidad de nuestros pueblos" (37).

Es importante valorizar también otras formas de celebrar la fe, como las peregrinaciones, el rosario, las celebraciones de la pala­bra, etc. A través de ellas, los jóvenes viven y expresan el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo.

A partir de las diversas culturas existentes en América Latina, habrá que tener en cuenta la variedad de gestos y símbolos que ayuden a una celebración de la fe más histórica, vivencial y juvenil. Al mismo tiempo, se deberá procurar que estos gestos y símbolos colaboren efectivamente para un real encuentro con Dios.

5.4 La oración

Es otro medio para el encuentro personal y comunitario con Dios. Se pueden buscar nuevas formas de oración que integren la vida del joven y la sociedad y que ayuden a encontrar a Dios y experimentar su misericordia (38).

La oración tiene momentos festivos y de recogimiento (39). Posibilita el discernimiento (40) y el reconocimiento de la acción del Espíritu en el mundo y en la Iglesia. El discernimiento abre a los jóvenes a lo nuevo, a descubrir lo que el Espíritu o el pecado están obrando en el mundo, lleva a cuestionamientos personales, a descu­brir cómo se manifiesta Dios en sus vidas cotidianas y cómo acoge su Espíritu para hacer nuevas todas las cosas (41).

5.5 Los testimonios de santidad

Los jóvenes de hoy están cansados de palabras y exigen testimonios vivos del Evangelio y del seguimiento de Jesús. Podrán encontrar muchos de esos testimonios en el caminar de la Iglesia por la his­toria. Sin embargo, es necesario también estar abiertos a nuevos testimonios de santidad y a la existencia de personas cercanas a los jóvenes que les dicen algo de Jesucristo hoy para sus vidas: jóvenes mártires, asesores, hombres y mujeres de nuestros pueblos que han entregado sus vidas al servicio de la construcción del Reino, etc. Así, los jóvenes comprenden mejor que toda la comunidad está llamada a la santidad ya vivir según el Espíritu (42). Los santos no son ídolos ni magos, sino hombres y mujeres que se han dejado habitar y transformar por el Espíritu para vivir la fe, la esperanza y el amor.

Los jóvenes siguen reconociendo en Maria, un testimonio privile­giado de santidad. Ella es la "llena de gracia" (43), la mujer pobre y sencilla, que conoció el dolor y el sufrimiento y que libremente se dejó llenar del Espíritu para colaborar de un modo único en la historia de, salvación (44).

5.6 La opción por los pobres

El compromiso con los pobres es otro medio que facilita el encuen­tro con Jesús.

En América Latina, la opción preferencial por los pobres implica descubrir el rostro del Señor en los rostros desfigurados de los hermanos que sufren las consecuencias de violencias e injusticias muy concretas. Exige también aceptar el desafío "a una profunda conversión personal y social" (45).

Reconocer el rostro sufrido del pobre es escuchar el llamado de: Dios: "He visto la humillación de mi pueblo en Egipto y he escuchado sus gritos cuando lo maltratan sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos y bajé para liberarIo de los egipcios" (46).

5.7 La religiosidad popular

"La religiosidad popular no solamente es objeto de evangelización sino que, en cuanto contiene encarnada la Palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo" (47). Hay que "comprender cada vez mejor, y acompañar con actitudes pastorales, las maneras de sentir y vivir, comprender y expresar el misterio de Dios y de Cristo por parte de nuestros pueblos, para que, purificados de sus posibles limitaciones y des­viaciones, lleguen a encontrar su lugar propio en nuestras Iglesias locales Y en su acción pastoral" (48).

5.8 La vida de los jóvenes y la realidad social

A través de múltiples prácticas y experiencias de vida, los jóvenes van colaborando con la creación de Dios y con el Espíritu de Je­sucristo y van buscando vivir su historia como una contribución a la instauración del reinado de Dios. El trabajo, el estudio, la vida política, las relaciones interpersonales, la relación hombre-mujer, las ciencias, las artes, la familia, etc.; todo lo cotidiano de la vida de los jóvenes -y no solamente las prácticas que comúnmente hemos reconocido como "espirituales" y "eclesiales"- está llama­do a ser expresión histórica de la salvación de Dios. En Puebla, los obispos decían que los jóvenes no debían huir "de las realidades temporales para buscar a Dios, sino perseverar, presentes y activos, en medio de ellas y allí encontrar al Señor" (49).

Muchas de estas situaciones de la realidad social son muy proble­máticas y exigirán una actitud de discernimiento que llevará a los jóvenes a asumir acciones que expresen el seguimiento de Jesús histórico que se encarna aquí y ahora e impulsa a transformar con valor esas situaciones.

5.9 El acompañamiento personal

Otro medio necesario en el proceso de formación espiritual los jóvenes es un acompañamiento personal que debe atento a los signos que van percibiendo en sus vidas. De especial, debe estar atento a los cuestionamientos que viven el seguimiento de Jesús, en relación a la sexualidad experiencia de Iglesia, a su inserción social y a su opción vocacional. Un acompañamiento adecuado ayudará a los jóvenes a madurar en su proyecto de realización y a alcanzar felicidad.

Texto propiedad de:

Espiritualidad y Misión de la Pastoral Juvenil

CELAM

Imprime: talleres litograficos de imprenta Sanchez

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