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4. Características de una Espiritualidad Juvenil para América Latina

A partir de la reflexión sobre los sobre los cambio socio-culturales que afectan en modo directo a los jóvenes, de la descripción de la espiritualidad juvenil emergente que va surgiendo como respuesta a los desafíos que estos cambios plantean y de la clarificación de elementos constitutivos de una espiritualidad cristiana, se reafirma que la espiritualidad es un elemento fundamental en la vida del joven y un desafío prioritario para la Pastoral Juvenil.

Se presentan aquí algunas características que concretizan esta es­piritualidad para su vivencia en la Pastoral Juvenil Latinoamerica­na.

4.1 Centrada en Cristo

Es una espiritualidad centrada en el seguimiento de Jesús, amigo y compañero de camino, por lo que la Pastoral Juvenil ha de "promo­ver un encuentro personal y comunitario con el Cristo vivo" (25). Esta experiencia fundamental e impactante, conduce al joven a gustar de la aventura del seguimiento de Jesús y a comprometerse con su proyecto, asumiéndolo desde la vida en el Espíritu.

Jesús es la auténtica respuesta a las inquietudes de los jóvenes y es al mismo tiempo, el fundamento de su espiritualidad.

4.2 Mariana

El Espíritu de Jesús lleva a reconocer en la Virgen María a la primera cristiana, una joven feliz porque ha creído que se cumplirá en ella la Palabra de Dios (26).

Por la fe, María es madre y abre las puertas de la humanidad al Hijo de Dios. Por su colaboración en la obra de la liberación, es modelo de vida en su disponibilidad, entrega y compromiso.

María es testigo de la vida en el Espíritu, presencia femenina de liberación que acompaña al joven latinoamericano desde el silencio y la obediencia, suscitando expresiones diversas de gratitud desde sus propias características culturales.

María, joven madre de Jesús, es modelo para los jóvenes compro­metidos. Ella representa, de un modo especial, la dimensión feme­nina de la espiritualidad, la disponibilidad y el compromiso liberador con el pueblo que sufre, como lo expresa en el Magnificat, espejo de su vida (27).

4.3 Comunitaria y eclesial

El grupo es elemento fundamental en la vida de los jóvenes, que buscan siempre identificarse con otros y compartir sueños y expe­riencias.

La experiencia de fe madura en un grupo o comunidad juvenil. Este se convierte así, en lugar esencial de la vida en el Espíritu, porque abre al joven a la relación con los otros y al descubrimiento de su pertenencia a la Iglesia como miembro del pueblo de Dios.

Dios se revela en su misterio trinitaria como comunidad y la voca­ción a la fe es una llamada a pertenecer a un pueblo de hermanos, por lo que la vida en el Espíritu podrá ser discernida con el apoyo de la comunidad y enriquecida con el testimonio de vida de los hermanos. La vida en el espíritu es vida en comunidad eclesial. La Iglesia nace de esta experiencia de presencia del Espíritu (28).

4.4. Laical y misionera

La experiencia de fe vivida en los grupos y comunidades juveniles lleva a los jóvenes a descubrir el llamado a servir a los demás.

La vocación al seguimiento de Jesús es también un llamado a la misión, por lo que la Pastoral Juvenil se convierte en un espacio donde los jóvenes descubren su dimensión misionera. El mismo Espíritu conduce a los jóvenes a compartir con otros el gozoso anuncio del Reino y a asumir dentro de la Iglesia diversas tareas que les permiten compartir sus carismas.

La vivencia de la espiritualidad conduce a los jóvenes a asumir su ser laical y a hacer presente el Espíritu de Jesús desde su compro­miso de fe, como Iglesia, en las realidades temporales en las que viven, crecen y actúan (29). Reconoce también la acción del Espí­ritu en medio de los ambientes propios de la vida y profundiza su misión de agente de cambio y de evangelizador de los otros jóve­nes.

4.5 Liberadora

Siguiendo el estilo de vida de Jesús, que se encarna en la historia de su pueblo, la espiritualidad se vive en medio de realidades concretas, es decir, en el mundo familiar, laboral, político, económico, educativo, etc., asumiendo la cultura misma de los pueblos, especialmente de los indígenas y afroamericanos, con un claro compromiso con los empobrecidos y con un sentido liberador.

La espiritualidad lleva a los jóvenes a buscar acciones concretas que reflejen la vida en el Espíritu como el compromiso claro y solidario con la opción preferencial por los pobres y marginados del continente.

4.6 Orante

En su proceso de seguimiento de Jesús, la espiritualidad lleva al joven a encontrar momentos privilegiados de comunión con él a través de la oración personal y comunitaria, que le permitan una relación cercana con Jesús y poder llegar a experimentarlo como amigo y compañero de camino. La oración se convierte en el espacio en el que los jóvenes expresan de diversas maneras sus inquietudes personales y la búsqueda de respuestas concretas a sus grandes interrogantes, reafirmando así su adhesión y compromiso con el Dios de la vida.

4. 7 Celebrativa

La alegría juvenil se manifiesta en la celebración de esta vida en el Espíritu, a través de acciones personales y comunitarias que lleven a la búsqueda y el encuentro con el Dios de la vida.

Además del encuentro eucarístico, fuente y cimiento para el segui­miento de Jesús, la espiritualidad suscita otras expresiones celebrativas que manifiestan las diversas formas de compartir con alegría la vida en el Espíritu.

Lo celebrativo, elemento propio de la espiritualidad juvenil emer­gente, promueve el carácter festivo de la vida de los jóvenes, no como manifestación de un vacío interior que busca compensaciones ni como ocasión para distraerse de la realidad, sino como expresión de la fiesta inspirada en la victoria pascual y en el triunfo de la vida sobre la muerte.

Texto propiedad de:

Espiritualidad y Misión de la Pastoral Juvenil, CELAM, Imprime: talleres litograficos de imprenta Sanchez.

Este texto sólo puede ser utilizado para fines de formación juvenil. Se prohíbe el uso lucrativo con cualquier contenido de este material.