MODELOS DE ESPIRITUALIDAD

1. LA ESPIRITUALIDAD DE LOS «INTERVALOS»

Se vive con simpatía todo lo humano, pero no se acoge a Dios ni se sabe descubrir en la transpa­rencia de las cosas. Por eso el encuentro con Dios queda reducido sólo a los momentos que «inte­rrumpen» el juego, el estudio, el trabajo, el grupo, el sufrimiento, la familia, la naturaleza, la amis­tad, el diálogo...

2. LA ESPIRITUALIDAD DE LA HUIDA DE LAS COSAS

Se mira con prevención y desconfianza y no se valora todo lo que es humano, no sea que Dios se ponga celoso. La oración, la Eucaristía, etc., son un refugio, son las «áreas de salvación». y se ar­gumenta que Dios es feliz cuando ve a la persona feliz. El número y las estructuras dan seguridad y confianza.

3. LA ESPIRITUALIDAD DE LA «ENCARNACIÓN»

Se ama la vida y se vive con y desde Dios. Se saben descubrir las semillas de Dios en todo lo que es humano. Se hace propia la decisión de Dios que, en Cristo, ha querido hacerse «uno de noso­tros» (= encarnación). En ella no cuenta el número ni la edad, sino la vida interior de cada peque­ña semilla: desde lo pequeño se puede cambiar el mundo. En la oración y en la Eucaristía se cele­bra el encuentro cotidiano con Dios que nos acoge y nos da una nueva pasión por la vida.

PARA TRABAJAR y ORAR PERSONALMENTE Y EN GRUPO

1. Se puede empezar mostrando un dibujo de Cristo y preguntando: ¿Quién es? ¿Sabéis su nombre? ¿Le conocéis? Tras un silencio, el animador interpela: ¿Le visteis en el pobre, etc.? ¿Le conocisteis cuando...? ¿Le descubristeis...? Analizar la experiencia.

2. ¿Qué te parecen estos tres tipos de espiritualidad? Compara. Saca consecuen­cias.

3. ¿Con qué espiritualidad viven Cristo y María? Compruébalo en el Evangelio.

4. ¿Con qué espiritualidad vives tú? ¿Cómo es tu relación con Dios? ¿"Dónde» sabes <<ver>> las "huellas» de Dios? ¿Dónde te cuesta más descubrirle?

5. Reza agradeciendo la continua presencia de Dios en la vida ordinaria y pidiendo la gracia de la "unión con Dios» las 24 horas del día.

5. Medios para promover la Espiritualidad Juvenil


Jesucristo es el único mediador. Todos los medios que aquí se men­cionan se entienden como instrumentos que conducen y acercan a esta mediación fundamental de la salvación (30). Toda mediación no es más que "medio": no puede, por tanto, ser absolutizado, pues sólo está en función del encuentro con Jesús y de su acción liberadora en la historia.

Los medios que se presentan para fomentar la espiritualidad están presentes en el trabajo diario de la Pastoral Juvenil. Se quiere percibir y discernir en la realidad de los mismos jóvenes las acciones del Espíritu de Dios que contribuyen a que la espiritualidad responda efectivamente a sus necesidades y aspiraciones.

Estos medios son:

5.1 La Palabra de Dios

Es el medio privilegiado para el encuentro de los jóvenes con Jesús y con su anuncio del Reino de Dios (31). Es muy importante fomen­tar el conocimiento de la Sagrada Escritura a partir de una lectura hecha desde una óptica juvenil.

5.2 La comunidad

La mediación comunitaria es también muy importante ya que la fe se recibe por medio de otros, la comunidad es un espacio adecuado para que el joven pueda hacer y rehacer su vida (32) y el horizonte desde donde es posible abrirse para ser luz del mundo y sal de la tierra (33), acoger la acción del Espíritu en la historia y, junto con los demás, trabajar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria para todos.

5.3 La celebración de la fe

La liturgia es un medio de expresión y realización de la vida según el Espíritu (34). En ella se manifiesta la presencia viva de Jesús en la historia, asumiendo y transformando toda la vida del hombre. En el centro de toda celebración litúrgica deberá estar el misterio pascual (35).

Las celebraciones sacramentales, particularmente la celebración de la eucaristía (36), son signos eficaces de esta presencia liberadora de Dios. "La celebración de la fe en la liturgia, cumbre de la vida de la Iglesia, ha de realizarse con gozo y en forma que permita una participación más viva, activa y comprometida en la realidad de nuestros pueblos" (37).

Es importante valorizar también otras formas de celebrar la fe, como las peregrinaciones, el rosario, las celebraciones de la pala­bra, etc. A través de ellas, los jóvenes viven y expresan el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo.

A partir de las diversas culturas existentes en América Latina, habrá que tener en cuenta la variedad de gestos y símbolos que ayuden a una celebración de la fe más histórica, vivencial y juvenil. Al mismo tiempo, se deberá procurar que estos gestos y símbolos colaboren efectivamente para un real encuentro con Dios.

5.4 La oración

Es otro medio para el encuentro personal y comunitario con Dios. Se pueden buscar nuevas formas de oración que integren la vida del joven y la sociedad y que ayuden a encontrar a Dios y experimentar su misericordia (38).

La oración tiene momentos festivos y de recogimiento (39). Posibilita el discernimiento (40) y el reconocimiento de la acción del Espíritu en el mundo y en la Iglesia. El discernimiento abre a los jóvenes a lo nuevo, a descubrir lo que el Espíritu o el pecado están obrando en el mundo, lleva a cuestionamientos personales, a descu­brir cómo se manifiesta Dios en sus vidas cotidianas y cómo acoge su Espíritu para hacer nuevas todas las cosas (41).

5.5 Los testimonios de santidad

Los jóvenes de hoy están cansados de palabras y exigen testimonios vivos del Evangelio y del seguimiento de Jesús. Podrán encontrar muchos de esos testimonios en el caminar de la Iglesia por la his­toria. Sin embargo, es necesario también estar abiertos a nuevos testimonios de santidad y a la existencia de personas cercanas a los jóvenes que les dicen algo de Jesucristo hoy para sus vidas: jóvenes mártires, asesores, hombres y mujeres de nuestros pueblos que han entregado sus vidas al servicio de la construcción del Reino, etc. Así, los jóvenes comprenden mejor que toda la comunidad está llamada a la santidad ya vivir según el Espíritu (42). Los santos no son ídolos ni magos, sino hombres y mujeres que se han dejado habitar y transformar por el Espíritu para vivir la fe, la esperanza y el amor.

Los jóvenes siguen reconociendo en Maria, un testimonio privile­giado de santidad. Ella es la "llena de gracia" (43), la mujer pobre y sencilla, que conoció el dolor y el sufrimiento y que libremente se dejó llenar del Espíritu para colaborar de un modo único en la historia de, salvación (44).

5.6 La opción por los pobres

El compromiso con los pobres es otro medio que facilita el encuen­tro con Jesús.

En América Latina, la opción preferencial por los pobres implica descubrir el rostro del Señor en los rostros desfigurados de los hermanos que sufren las consecuencias de violencias e injusticias muy concretas. Exige también aceptar el desafío "a una profunda conversión personal y social" (45).

Reconocer el rostro sufrido del pobre es escuchar el llamado de: Dios: "He visto la humillación de mi pueblo en Egipto y he escuchado sus gritos cuando lo maltratan sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos y bajé para liberarIo de los egipcios" (46).

5.7 La religiosidad popular

"La religiosidad popular no solamente es objeto de evangelización sino que, en cuanto contiene encarnada la Palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo" (47). Hay que "comprender cada vez mejor, y acompañar con actitudes pastorales, las maneras de sentir y vivir, comprender y expresar el misterio de Dios y de Cristo por parte de nuestros pueblos, para que, purificados de sus posibles limitaciones y des­viaciones, lleguen a encontrar su lugar propio en nuestras Iglesias locales Y en su acción pastoral" (48).

5.8 La vida de los jóvenes y la realidad social

A través de múltiples prácticas y experiencias de vida, los jóvenes van colaborando con la creación de Dios y con el Espíritu de Je­sucristo y van buscando vivir su historia como una contribución a la instauración del reinado de Dios. El trabajo, el estudio, la vida política, las relaciones interpersonales, la relación hombre-mujer, las ciencias, las artes, la familia, etc.; todo lo cotidiano de la vida de los jóvenes -y no solamente las prácticas que comúnmente hemos reconocido como "espirituales" y "eclesiales"- está llama­do a ser expresión histórica de la salvación de Dios. En Puebla, los obispos decían que los jóvenes no debían huir "de las realidades temporales para buscar a Dios, sino perseverar, presentes y activos, en medio de ellas y allí encontrar al Señor" (49).

Muchas de estas situaciones de la realidad social son muy proble­máticas y exigirán una actitud de discernimiento que llevará a los jóvenes a asumir acciones que expresen el seguimiento de Jesús histórico que se encarna aquí y ahora e impulsa a transformar con valor esas situaciones.

5.9 El acompañamiento personal

Otro medio necesario en el proceso de formación espiritual los jóvenes es un acompañamiento personal que debe atento a los signos que van percibiendo en sus vidas. De especial, debe estar atento a los cuestionamientos que viven el seguimiento de Jesús, en relación a la sexualidad experiencia de Iglesia, a su inserción social y a su opción vocacional. Un acompañamiento adecuado ayudará a los jóvenes a madurar en su proyecto de realización y a alcanzar felicidad.

Texto propiedad de:

Espiritualidad y Misión de la Pastoral Juvenil

CELAM

Imprime: talleres litograficos de imprenta Sanchez

Este texto sólo puede ser utilizado para fines de formación juvenil. Se prohíbe el uso lucrativo con cualquier contenido de este material.

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4. Características de una Espiritualidad Juvenil para América Latina

A partir de la reflexión sobre los sobre los cambio socio-culturales que afectan en modo directo a los jóvenes, de la descripción de la espiritualidad juvenil emergente que va surgiendo como respuesta a los desafíos que estos cambios plantean y de la clarificación de elementos constitutivos de una espiritualidad cristiana, se reafirma que la espiritualidad es un elemento fundamental en la vida del joven y un desafío prioritario para la Pastoral Juvenil.

Se presentan aquí algunas características que concretizan esta es­piritualidad para su vivencia en la Pastoral Juvenil Latinoamerica­na.

4.1 Centrada en Cristo

Es una espiritualidad centrada en el seguimiento de Jesús, amigo y compañero de camino, por lo que la Pastoral Juvenil ha de "promo­ver un encuentro personal y comunitario con el Cristo vivo" (25). Esta experiencia fundamental e impactante, conduce al joven a gustar de la aventura del seguimiento de Jesús y a comprometerse con su proyecto, asumiéndolo desde la vida en el Espíritu.

Jesús es la auténtica respuesta a las inquietudes de los jóvenes y es al mismo tiempo, el fundamento de su espiritualidad.

4.2 Mariana

El Espíritu de Jesús lleva a reconocer en la Virgen María a la primera cristiana, una joven feliz porque ha creído que se cumplirá en ella la Palabra de Dios (26).

Por la fe, María es madre y abre las puertas de la humanidad al Hijo de Dios. Por su colaboración en la obra de la liberación, es modelo de vida en su disponibilidad, entrega y compromiso.

María es testigo de la vida en el Espíritu, presencia femenina de liberación que acompaña al joven latinoamericano desde el silencio y la obediencia, suscitando expresiones diversas de gratitud desde sus propias características culturales.

María, joven madre de Jesús, es modelo para los jóvenes compro­metidos. Ella representa, de un modo especial, la dimensión feme­nina de la espiritualidad, la disponibilidad y el compromiso liberador con el pueblo que sufre, como lo expresa en el Magnificat, espejo de su vida (27).

4.3 Comunitaria y eclesial

El grupo es elemento fundamental en la vida de los jóvenes, que buscan siempre identificarse con otros y compartir sueños y expe­riencias.

La experiencia de fe madura en un grupo o comunidad juvenil. Este se convierte así, en lugar esencial de la vida en el Espíritu, porque abre al joven a la relación con los otros y al descubrimiento de su pertenencia a la Iglesia como miembro del pueblo de Dios.

Dios se revela en su misterio trinitaria como comunidad y la voca­ción a la fe es una llamada a pertenecer a un pueblo de hermanos, por lo que la vida en el Espíritu podrá ser discernida con el apoyo de la comunidad y enriquecida con el testimonio de vida de los hermanos. La vida en el espíritu es vida en comunidad eclesial. La Iglesia nace de esta experiencia de presencia del Espíritu (28).

4.4. Laical y misionera

La experiencia de fe vivida en los grupos y comunidades juveniles lleva a los jóvenes a descubrir el llamado a servir a los demás.

La vocación al seguimiento de Jesús es también un llamado a la misión, por lo que la Pastoral Juvenil se convierte en un espacio donde los jóvenes descubren su dimensión misionera. El mismo Espíritu conduce a los jóvenes a compartir con otros el gozoso anuncio del Reino y a asumir dentro de la Iglesia diversas tareas que les permiten compartir sus carismas.

La vivencia de la espiritualidad conduce a los jóvenes a asumir su ser laical y a hacer presente el Espíritu de Jesús desde su compro­miso de fe, como Iglesia, en las realidades temporales en las que viven, crecen y actúan (29). Reconoce también la acción del Espí­ritu en medio de los ambientes propios de la vida y profundiza su misión de agente de cambio y de evangelizador de los otros jóve­nes.

4.5 Liberadora

Siguiendo el estilo de vida de Jesús, que se encarna en la historia de su pueblo, la espiritualidad se vive en medio de realidades concretas, es decir, en el mundo familiar, laboral, político, económico, educativo, etc., asumiendo la cultura misma de los pueblos, especialmente de los indígenas y afroamericanos, con un claro compromiso con los empobrecidos y con un sentido liberador.

La espiritualidad lleva a los jóvenes a buscar acciones concretas que reflejen la vida en el Espíritu como el compromiso claro y solidario con la opción preferencial por los pobres y marginados del continente.

4.6 Orante

En su proceso de seguimiento de Jesús, la espiritualidad lleva al joven a encontrar momentos privilegiados de comunión con él a través de la oración personal y comunitaria, que le permitan una relación cercana con Jesús y poder llegar a experimentarlo como amigo y compañero de camino. La oración se convierte en el espacio en el que los jóvenes expresan de diversas maneras sus inquietudes personales y la búsqueda de respuestas concretas a sus grandes interrogantes, reafirmando así su adhesión y compromiso con el Dios de la vida.

4. 7 Celebrativa

La alegría juvenil se manifiesta en la celebración de esta vida en el Espíritu, a través de acciones personales y comunitarias que lleven a la búsqueda y el encuentro con el Dios de la vida.

Además del encuentro eucarístico, fuente y cimiento para el segui­miento de Jesús, la espiritualidad suscita otras expresiones celebrativas que manifiestan las diversas formas de compartir con alegría la vida en el Espíritu.

Lo celebrativo, elemento propio de la espiritualidad juvenil emer­gente, promueve el carácter festivo de la vida de los jóvenes, no como manifestación de un vacío interior que busca compensaciones ni como ocasión para distraerse de la realidad, sino como expresión de la fiesta inspirada en la victoria pascual y en el triunfo de la vida sobre la muerte.

Texto propiedad de:

Espiritualidad y Misión de la Pastoral Juvenil, CELAM, Imprime: talleres litograficos de imprenta Sanchez.

Este texto sólo puede ser utilizado para fines de formación juvenil. Se prohíbe el uso lucrativo con cualquier contenido de este material.